No te detengas en lo malo que has hecho; camina hacia lo bueno que puedes hacer.
No te culpes por lo que hiciste, decide no repetirlo.
No te mires con tus ojos, contemplate con la mirada de quien ama.
No pienses en lo largo que es el camino de tu transformación, sino que en cada paso que des estarás más cerca de ser lo que quieres ser.
No confíes en tus propias fuerzas; pon tu vida en manos de Dios.
No trates que otros cambien; comienza por tu propia vida.
Deja que el amor te inunde y no te defiendas de él.
Sólo contempla la meta y no veas lo difícil que es alcanzarla.
Vive cada día, aprovecha el pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo.
No sufras hoy por lo que viene, recuerda que «cada día tiene su propia finalidad»
Busca alguien con quien compartir tus luchas hacia la libertad; una persona que te entienda, te apoye y te acompañe.
Ante cualquier provocación, trata de responder en lugar de reaccionar.
Si tu felicidad y tu vida dependen de alguien que no es Dios, estás apoyando la escalera en la pared equivocada.
Aprende a mirarte con amor y respeto.
Vivir Sirviendo, Vivir Amando.
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