La vida es vivir.
No es una cosa, es un proceso.
No hay forma de conocer lo que es la vida más que viviendo, estando vivo, fluyendo, discurriendo con ella.
Si buscas el significado de la vida en algún dogma, en una determinada filosofía, en una teología, da por seguro que te perderás lo que es la vida y su significado.
La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo.
No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón.
Cualquier cosa que seas es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás.
La vida es inseguridad. A cada momento se dirige hacia una inseguridad mayor.
Es un apostar. Uno nunca sabe lo que va a suceder. Y es hermoso que uno nunca lo sepa. Si fuera predecible, no valdría la pena vivir la vida.
Si todo fuera como te gustaría que fuese y si todo fuera una certeza, no serías un hombre, serías una máquina. Sólo existen certezas y seguridades para las máquinas. La vida es un misterio; cuanto más la conoces, más bella es.
Llega un momento cuando, de repente, empiezas a vivirla, empiezas a fluir con ella.
La vida no es una tecnología, ni una ciencia. La vida es un arte, .... has de sentirla.
Es como el caminar por una cuerda floja.
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